Mis queridos amigos: Jorge Rafael Videla, el general que tras un golpe de estado fuera presidente de Argentina entre los años 1976 y 1981, al derrocar a Isabel Perón, quien le había nombrado Jefe del Ejército, ha muerto en la prisión a los 87 años. Sembró el terror en el país durante su mandato; fue juzgado por crímenes de lesa humanidad a cadena perpetua. Llevaba 10 años en la cárcel y también estuvo otros 10 años confinado en su domicilio. Fue el dictador militar argentino que tenía a su cargo más de 30.OOO personas desaparecidas o asesinadas, de lo que nunca mostro arrepentimiento, además del robo de por lo menos 400 bebés. Cometió las atrocidades (apoyado por sus compinches) más crueles de la historia de ese país
Con este titular yo creo que ya está dicho todo. Solemos decir: “otro dictador menos”, por un lado es así, pero por el otro, reconozcamos que en el mundo en que vivimos hay muchos dictadores tanto de derechas como de izquierdas, a los que les encantaría jugar a ser Dios, en definitiva, a creerse en posesión de la verdad, de lo correcto y, aún que no nos quepa en la cabeza, se declaran cristianos, es decir, de la Iglesia Católica Apostólica y Romana, siendo ésta, consentidora de estas atrocidades por parte, por lo menos, de algunas de sus jerarquías.
Mi pregunta es: ¿Cómo se puede procesar una religión que se basa en el amor al prójimo, haciendo todo lo contrario, es decir, odiándolo y matándolo? Luego, van a la iglesia a pedir indulgencias a los santos y al mismo Dios. Pura hipocresía.
Espero sinceramente que este personaje y todos los demás que le apoyaron en su barbarie, incluso los cobardes que se callaron aceptando el genocidio cometido, sean condenados en el juicio final a vagar como almas en pena por el espacio oscuro y tenebroso sin encontrar la luz en toda la eternidad, tanto que sean de derechas o de izquierdas.

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